29 septiembre, 2022

¿Pueden las redes sociales afectar mi autoestima?

Hoy queremos conversar contigo sobre la autoestima y cómo es que el mundo virtual influye en ella. Cómo te sientes, cómo te ves, cómo te desenvuelves y cómo vas forjando tu identidad en internet y en tu vida real. El tema es complejo pero hemos de abordar lo más esencial e importante para que puedas comprenderlo mejor.

Al ser usuarios activos de internet ya estamos siendo influidos por lo que nos muestra el contenido que buscamos o encontramos a nuestro paso al navegar. También al crear perfiles en diferentes redes sociales o cuentas asociadas a otras actividades formamos parte de una comunidad virtual y con ello influimos y somos influidos por aquello que se publica o comparte. Pero, ¿cómo puede esto influir en mi autoestima?… 

Las redes sociales o mejor dicho aquello que consumes en internet puede determinar la forma en la que ves el mundo y la forma en la que te desenvuelves. Si ves contenido divertido, optimista y alegre, seguramente el efecto en ti será motivador pero si ves contenido agresivo, pesimista y doloroso, seguramente te sentirás triste, ansioso, preocupado o deprimido, entonces allí es dónde debemos prestar atención.

Desde pequeños, los seres humanos aprendemos a desenvolvernos en este mundo a través de la imitación y como parte de nuestro noble poder de adaptación así vamos por la vida, evolucionando conforme el contexto e imitando patrones de conducta que nos envuelven según el entorno en el que nos desarrollamos. Por ello el razonamiento y la educación son claves para aprender a discernir y tomar las mejores decisiones ante las distintas situaciones que vivimos en nuestra vida.

Pareciera que a través de la comunicación en redes sociales se marca una tendencia hacia la perfección, vemos perfiles repletos de historias de amor contadas como las de un cuento de hadas, chicas y chicos con vidas perfectas, caras divinas cuerpos de ensueño y viajes por todo el mundo, en fin, en redes vemos marcadas tendencias que pueden ser muy sanas o algo complejas para muchos. Pero ¿por qué?, esencialmente en la adolescencia vamos construyendo nuestra identidad, nuestro cuerpo se transforma, nuestra mentalidad también, empezamos a comunicarnos de un modo diferente y con comunicar no solo nos referimos a tu lenguaje hablado o escrito, sino a toda forma de expresión dada esencialmente en tu lenguaje corporal porque las y los adolescentes, en general, hablan muy poco pero expresan muchísimas cosas a través de sus gestos, posturas y hasta su respiración, claro, esto no es fácil de leer pero precisamente muchos utilizamos las redes para manifestar nuestras emociones o para encontrar inspiración en la búsqueda de definir, ¿Quién soy?… Esto no es malo, es bastante normal y será un proceso largo de transformación constante pero el tema aquí es cuando esos perfiles perfectos te llevan a juzgarte negativamente y juzgar la vida que tienes provocando que te conviertas en redes sociales en alguien que no eres.

En internet no todo es real, simplemente si piensas en el uso de filtros para foto, en la edición que se puede hacer a casi todo, tu rostro, tu cuerpo, tu voz y hasta qué tanto puedes “editar tus emociones” así como hay filtros para embellecer tu imagen creeme que a veces muchas personas antes de darle clic a la cámara se dibujan una sonrisa y luego del flash se desaparece o en sentido contrario, personas frías y calculadoras podrían utilizar una tragedia o inventarse un drama para romper en llanto frente a una cámara y fingir dolor, empatía o rabia ante ciertos acontecimientos.

A dónde vamos con esto, no te dejes influir de más por lo que ves en las redes, aprende a ser neutral y empático pero no cobres partido ante circunstancias ajenas a ti y jamás imites patrones de conducta nocivos para tu bienestar. Las redes sociales son para comunicarnos y conocer personas, compartir momentos especiales y crear entornos de debate sobre temas de interés común, pero en todo esto debe siempre prevalecer la responsabilidad, la prudencia y el respeto para protegerte a ti y a todos los que contigo conviven a través de estos medios. Recuerda que lo más importante es sentirte pleno, seguro y feliz contigo mismo(a)  y con el entorno en el que te desenvuelves.

No hagas cosas solo por unos likes, cuando decidas actuar hazlo por convicción pero siempre respetando tu esencia y los valores que en ti han sido inculcados. Cuida mucho en dónde manifiestas tus emociones, hacerlo en redes no siempre es la mejor opción, aprender a reconocer cada emoción y vivirla es importante pero este ejercicio debes hacerlo en privado o acompañado de un especialista en caso de ser necesario, es un hábito saludable para preservar tu salud emocional.

En redes puedes encontrar contenido súper positivo que te ayudará a aceptarte y comprender mejor cada una de las etapas que vives, a veces pasamos por distintos retos en nuestra vida y hay muchos profesionales de diversas áreas que generan contenido de alto valor que provoca un impacto positivo en la vida de las personas ayudándoles a transformarse para ser cada día mejores. Así también están aquellos usuarios frustrados que solo generan contenido tóxico que contamina la mente de sus seguidores y estropea su vida generando complejos que los llevan a situaciones serias de depresión y hasta casos de suicidio, por ello debes tener mucho cuidado con qué es lo que estás consumiendo en internet y te aconsejamos leer nuestro artículo ¿Qué estás consumiendo en internet? para que evalúes si estás dedicándole el tiempo a temas que te enriquecen o no.

Otro punto esencial que influye en nuestra autoestima es la forma de comunicación que entablamos en nuestras comunidades virtuales, recuerda siempre comunicarte de forma asertiva, dirigirte con respeto en redes sociales incluso cuando algún troll o hater busque realizar acoso virtual agrediéndote para alterar tu ánimo procura siempre conservar la calma, en estos videos te dejamos unos consejos para aprender a lidiar con esta clase de usuarios que encontramos en internet y aprender a identificar cuando estás frente a una broma o una agresión.